jueves, 17 de abril de 2008

"El conocimiento siempre gobernará a la ignorancia".

JAQUE MATE
El conocimiento
Sergio Sarmiento
16 Abr. 08

"El conocimiento siempre gobernará a la ignorancia".

James Madison


CANCÚN.- Andrés Manuel López Obrador y su gente han tomado las tribunas de la Cámara de Diputados y del Senado para defender la extraña idea de que la mejor manera de fortalecer la soberanía del país es impedir cualquier inversión privada en energía. Escapa a mi capacidad intelectual comprender por qué prohibir una inversión productiva en un producto necesario podría fortalecer al país. Pero bueno, por lo menos los mexicanos podemos dar gracias de que López Obrador no se ha percatado de que el verdadero producto estratégico del futuro no es el petróleo sino el conocimiento. Si lo hubiera entendido, podría causarle un daño mucho mayor a México del que ya le ha ocasionado.

La reunión latinoamericana del Foro Económico Mundial que se está llevando a cabo en Cancún ha ratificado mi convicción de que la información es y será la verdadera llave de la prosperidad, la fortaleza nacional y, por supuesto, la soberanía. El petróleo, es verdad, se está cotizando hoy a un precio muy alto en los mercados internacionales. Pero la experiencia nos dice que las materias primas suben y bajan por razones que no tienen nada que ver con el esfuerzo o la competitividad. Por ello suelen crear dependencia y, a largo plazo, pobreza. No en balde López Velarde escribió en su Suave patria que los "veneros de petróleo" nos los escrituró el Diablo y no Dios.

Salvo en casos muy contados, como el de Arabia Saudita o el de los Emiratos Árabes Unidos, en los que el recurso es enorme y la población muy pequeña, el petróleo nunca ha sacado a nadie de la pobreza. Y estoy convencido de que, cuando se acabe el petróleo o éste deje de ser usado como combustible, lo cual es sólo cuestión de tiempo, estos países revertirán a su tradicional pobreza. Quizá el único caso de un país que ha aprovechado bien su riqueza petrolera es Noruega, pero lo interesante es que no ha gastado los recursos del hidrocarburo sino que los ha invertido en un fondo cuyo propósito es garantizar el bienestar de largo plazo de los ciudadanos.

Todos los demás países con grandes industrias petroleras, particularmente aquellos que han creado monopolios para concentrar la riqueza extraída del subsuelo, sólo han generado dependencia y pobreza. En contraste, las naciones que a falta de petróleo y de otros recursos naturales han recurrido a la inteligencia y al uso de la información para volverse más competitivas son las que han podido dar a sus ciudadanos una mayor prosperidad. Estados Unidos es un ejemplo notable, pero también lo han sido varios países europeos y, por supuesto, Japón, Taiwán y Singapur.

A pesar de los altos precios del petróleo, las naciones del futuro no son Venezuela o Angola, Nigeria o Irán, aunque tengan grandes yacimientos de petróleo. Tampoco lo es México, especialmente si López Obrador logra su objetivo de mantener o incluso fortalecer las restricciones a la inversión productiva en energía. Los países del futuro, los que construirán una mayor prosperidad y serán más soberanos, serán Estonia y Finlandia, Irlanda y Suecia, la República Checa y Corea del sur, que aunque no tengan recursos naturales cuentan con fundamentos mucho más valiosos para el desarrollo: sistemas educativos sólidos, infraestructura de comunicaciones, sociedades abiertas y un ambiente que promueve la capacidad de pensar y de innovar.

¡Qué bueno que López Obrador no ha entendido esta realidad de la economía globalizada! Bastante daño le ha hecho al país con sus bloqueos de los pozos petroleros de Tabasco, del Paseo de la Reforma y del Centro Histórico de la Ciudad de México. Bastante daño hace ahora con la toma de las tribunas de la Cámara de Diputados y el Senado. Pero si se diera cuenta de que el recurso más valioso de todos es el conocimiento, seguramente ya habría empezado un movimiento para prohibir la inversión privada en educación o en la construcción de infraestructura de comunicaciones. Estaría buscando, incluso, prohibir el pensamiento individual, porque de ahí surgen realmente la fortaleza y la soberanía que tanto le incomodan.

Yo entiendo que la mayoría de los mexicanos vemos con preocupación los actos de López Obrador y de sus compinches. Y es lógico. El perjuicio que puede hacer al país una persona empeñada en imponer una filosofía estatista es inquietante. Pero podemos estar agradecidos. Si Andrés Manuel fuera un poco más avispado, ya se habría percatado de que la verdadera fuente de soberanía es el conocimiento y no el petróleo. Entonces estaría marchando por las calles seguido de sus incondicionales coreando el grito del general franquista José Millán-Astray: "¡Muera la inteligencia!"


120 días

A la propuesta del PRI de debatir durante 50 días la iniciativa de reforma petrolera, el Frente Amplio Progresista de Andrés Manuel López Obrador ha respondido que no... que deben ser 120 días. ¿Por qué 120 días? ¿Por qué no 54, 118 o 122? Porque ésa es la lógica del autoritarismo. La verdad es que ya sabemos que ni 120 días ni 120 semanas servirán para cambiar las posiciones encontradas que hay sobre este tema y que han sido discutidas durante años. Cada parte ya tomó su decisión. El Congreso Constituyente convocado el 1o. de diciembre de 1916 por Venustiano Carranza sesionó dos meses para redactar toda la Constitución de 1917. No es claro por qué se necesita más para la actual reforma energética.