lunes, 28 de marzo de 2011

LO QUE OBRADOR QUIERE

Por: Andrés Llanos
 

Desde hace un buen tiempo, nadie le hace caso al hombre-político que se ubicó en los "cuernos de la luna" en la carrera presidencial. Andrés Manuel López Obrador, el sinónimo de la incongruencia, porque después de haber sido dirigente priista en Tabasco, se trasladó al PRD donde llegó a ser dirigente nacional. Desde entonces son muchas las derrotas que ha enfrentado en la lucha por el poder, las dos más significativas: la del gobierno del estado de Tabasco en 1988 y la de la presidencia de la República en 2006. En medio de todo ello están los constantes desmanes impulsados por tan característico personaje, tanto en su estado natal como en otros más del país, dejando entrever la beligerancia de su acción política. Otro punto en el que se ha entretenido Obrador por más de dos décadas es la publicación de libros donde denuncia y acusa traiciones, robos y toda clase de infamias en  su contra. 

Es clásico que López Obrador vea infamias, ladrones y corruptos en todos lados menos cerca de él.  Pero de René Bejarano "el señor de las ligas", su colaborador cercano que fue pillado en un acto de corrupción, nada argumentó, es más negó estar enterado a pesar de ser jefe de gobierno hilo conductor de la política en el D.F. Aún más muchos ciudadanos todavía se preguntan, de qué vive Andrés Manuel si no es empresario ni goza de cargo alguno que no sea "la presidencia legítima" del gobierno patito de la república de la intolerancia, creado por sus ansias de poder. Concepto que por cierto parece haber cambiado por su nueva guerra denominada "morena" movimiento que busca impulsar otra vez sus aspiraciones presidenciales, solo que ahora no está claro si con el PRD o sin éste partido, con el PT  y CONVERGENCIA; lo cierto es que sus bonos entre la ciudadanía se han reducido considerablemente, pues su título de "mesías" está bastante abollado para este siglo XXI.

López Obrador es un aliancista convencido, en tanto cumplen sus expectativas, así se apoderó de Convergencia y el PT estableciendo acuerdo con la cúpula de estos partidos para compartirles algo  del poder que tendría después de la contienda presidencial del 2006. Alianza sí, pero de forma supeditada, alianza en tanto le sirve para sus intereses. Sin embargo Andrés, se opone a las alianzas actuales del PRD con el PAN, mismas que se conforman en términos de respeto, de igualdad y que además han demostrado su efectividad, para abrir el escenario esperanzador de los ciudadanos, que por más de ocho décadas habían estado a merced de los malos gobiernos priistas, sin posibilidad de romper la burbuja de corrupción, pobreza y atraso, sistemático del PRI.

Ahora que López Obrador, ha colmado la paciencia de los nuevos dirigentes perredistas, que para nada coinciden con la violencia política que pregona el ex candidato presidencial, sino que por el contrario buscan el fortalecimiento de la izquierda mexicana en los parámetros de modernidad que ha seguido dicha ideología a nivel mundial. Por ello Obrador ya les colmó la paciencia y no están dispuestos a dejarse utilizar, por las ambiciones personales de quien se considera con el poder de crear y destruir instituciones políticas o políticos como “Juanito” “Clara Brugada” “Fernández Noroña” “Martí Batres” “René Bejarano” y otros.

Ante este escenario lo que Obrador quiere es atrincherarse en Tabasco, demostrar que el estado es su fuerza, que no está muerto. Si a nivel nacional ya no figura en las preferencias ciudadanas, si los perredistas ya prácticamente lo echaron del partido, si el desencanto obradorista es lo de hoy, ¿Porqué en Tabasco, el perredismo camina hacia el precipicio con este personaje, que hasta la fecha no está firme en el PRD, tampoco se sabe si es del PT o de CONVERGENCIA. Esa sí es una alianza confusa, al tiempo que con su proceder Andrés Manuel López Obrador le hace el juego, a su partido original, el PRI. 

(Autorizado por el autor)

sábado, 12 de marzo de 2011

López Obrador; mesianismo trágico

López Obrador; mesianismo trágico

Por Martin Javier García Báez

La historia de Mesías llenos de soberbia y mentira, ha colmado la historia del mundo, miles de hombres han caído presa de la ilusión fácil de paraísos y vidas colmadas por placeres fáciles al seguir a sus guías morales en locuras cuyo destino al final más allá de la decepción solo está la oscuridad de la muerte.

Prometer el Cielo, la resurrección o mejores   niveles de vida es la constante en los anales de quienes disfrazados de salvadores llevan a sus fieles rumbo a destinos tan inciertos que al llegar a la meta no hay nada de lo prometido.

Jim  Jones arrastro a 900 almas al suicidio, sacándolos de sus casas, encerrándolos en un rancho llamado el “templo del Pueblo” en Guyana, mientras el comía todo tipo de manjares, sus  adeptos solo accedían a verduras que ellos mismos tenían que cosechar, esperando la  señal del fin.

Fue una investigación del congreso americano; misma que desencadeno la autoinmolación a través de cianuro, el “paraíso” se desmorono y los 900 cadáveres fueron el castigo pagado por el mundo, por intentar romper su “mundo feliz”, amén de la muerte de un congresista con cuatro de sus ayudantes y once heridos en el aeropuerto de Guyana, al querer  el diputado californiano Leo J Ryan rescatar a los miembros del Templo del pueblo de las garras de Jones.

Waco, Texas es sin duda el más apocalíptico y recordado episodio, donde la muerte autoinflingida, no solo alerto al mundo de los falsos Mesías, si no que horrorizo por su cobertura en vivo a la teleaudiencia, quienes presenciaron en sus casas como el rancho Monte Carmelo ardía con 69  adultos y 17 niños, quienes al ver el ataque del FBI,  fueron conminados a no caer en las manos del “mal”.

David Koresh, convenció a sus seguidores de ser el nuevo Jesucristo, luchador incansable contra el anticristo y sentenciando al mundo de sufrir las calamidades apocalípticas de no ser  reconocido como “salvador del mundo”, sin embargo Waco, Texas termino siendo un mar de fuego donde sus perversiones y desvíos religiosos culminaron junto a él y la comunidad fiel a sus designios.

La cronología de suicidios masivos es larga, riqueza, paraísos terrenales, vida eterna al morir por su líder, lucha contra el mal e incluso rescates extraterrestres son ingredientes usados para llevar a un grupo de personas a tomar todas sus posesiones incluyendo su vida y dejarlas en manos de su “salvador”.

Aquí en México y particularmente en Tabasco, las promesas del nuevo paraíso recae en el discurso lopez-obradoriano, la invitación a inmolarnos antes sus promesas de riqueza fácil y de equidad social. No en vano su última promesa dejar de vender el petróleo mexicano al extranjero: ni una gota mas al imperio- sentencio Andrés Manuel López Obrador  en el parque la Choca- “toda la producción petrolera se procesara en nuestro país”, fue su proclama para recibir  eufóricos aplausos de quienes no saben cómo se podrá conseguir lo prometido.

Doce mil millones de dólares valdrá la nueva refinería en Tula, Hidalgo. Con un proceso mínimo de construcción de cuatro años; y para lograr la meta de auto abasto energético, México necesita al menos  cuatro refinerías, lo que lleva a necesitar centavos más centavos menos 566,400 millones de pesos, que en materia de impuestos son 7 veces el total de impuestos recaudados por hacienda en 2009, sin la renta petrolera.

Si la idea de AMLO es no depender del imperio ¿De donde sacara esos recursos, para que de llegar a la Presidencia de México, pueda lograr su promesa? ¿Quiénes serán de intentarlo los grupos sacrificados para tomar recursos suficientes a fin de tener una industria petrolera autónoma y no dependiente de la industrialización extranjera? Porque para cumplir este propósito solo tendría 6 años de llegar a ser presidente.

La respuesta es lógica, los más pobres, quienes más necesidad tienen, pues programas sociales, de empleo, educación y salud serian sacrificados para este fin; el Mesianismo político de Andrés Manuel llevaría al país a una zona de  pobreza no extrema, si extremísima a la mayor parte del país, pues recursos destinados a infraestructura, estarían muy localizados en cuatro puntos donde se construyeran las refinerías, y el resto del país, sería un mundo aparte.

Llevar a López Obrador al poder sería un suicidio colectivo,( su discurso promete un paraíso utópico, explota en los pobres la necesidad de creer en un salvador que saque a quienes lo siguen de su estado marginal  y a los desechos políticos los cubre con su manto todo poderoso y cual juez  divino los transforma de rateros y corruptos en luchadores sociales y paladines de la justicia con solo aceptar su dogma) , además del mayor de la historia, el mas anunciado, pues como buen Mesías Apocalíptico, el come carne,  tomas los mejores vinos y duerme en los mas cómodos aposentos, mientras sus seguidores al igual que hicieran Jim Jones y David Koresh, arañan con sus uñas, lo poco que le pueden sacar a la tierra para llevarse mendrugos a la boca.

La percepción de quienes siguen a los “mesías modernos” es de hombres capases de romper los moldes establecidos, acabar con la injusticia, llevarlos a paraísos fáciles, alentar sus esperanzas con promesas de hacer todo en contra de la maldad; el profeta lucha, reta e increpa al mal, se siente traicionado por quien no piensa igual, si su dogma o profesión de fe es cuestionada es presa de su maldición quien ose hacerlo y si sus promesas no se cumplen, la culpa la tuvo un pecador que falto a la confianza del líder y para resarcir este sacrilegio, todos deben hacer penitencia y sufrir  la ira del todopoderoso.

Lopez Obrador refleja todo esto y mas, para el no hay matices y opiniones distintas, su palabra es ley y quien no piense como el es apostata, “no mata el trueno, si el rayo” sentencia popular que nos avisa, que aun disfrazado de “rayito de esperanza”, un rayo es un rayo, no habiendo mayor osadía: que en una tormenta  salgas al campo protegido de un aparta rayos.